CRISTOBAL HUMBERTO IBARRA, ESCRITOR Y PERIODISTA VIROLEÑO

Por René Alberto Contreras.

  Cristóbal Humberto Ibarra fue un viroleño que se dedicó a escribir cuento, poesía, novela, ensayo, trabajó en el periodismo y dedicó varios años de su vida a la docencia en la Facultad de Humanidades de la Universidad de El Salvador (UES).

  Nació en Zacatecoluca el 9 de mayo de 1920. Obtuvo una beca del gobierno salvadoreño para estudiar filosofía y letras en la Universidad de La Plata, Argentina,  para luego ocupar el cargo de agregado cultural en la embajada salvadoreña en ese país suramericano, donde también contrajo matrimonio con Lucy Arrabé Pinar.

  El 6 de junio de 2015 el periodista y escritor Lic. Renán Alcides Orellana escribió un artículo en el suplemento Tres Mil de Diario CoLatino que tituló "Cristobal Humberto Ibarra: Entre la Cátedra y la Poesía".

  En ese artículo refirió que Ibarra "Fue fiel representativo de la generación de poetas y escritores que a principios de los años 40 combatieron con valentía literaria la dictadura de Maximiliano Hernández Martínez"

  "Todavía adolescente, Ibarra se unió a la generación de intelectuales que por su vocación e identidad integraron  el movimiento literario denominado Grupo Seis" entre los que estaban Oswaldo Escobar Velado y Matilde Elena López, que promovían una literatura de vanguardia, que en gran medida inició la poesía de protesta, escribió Orellana.

  Una de las primeras obras que publicó Ibarra cuando estuvo  radicado en Guatemala fue Cuentos de Sima y Cima en cuya segunda edición de la Dirección de Publicaciones del Ministerio de Educación en 1977 mencionan que también escribió en poesía: Gritos (1946), Elegía de Junio (1953) y Elegía para Oswaldo Escobar Velado (1969).

  En prosa escribió El Cuajarón, ganando el primer premio de los juegos florales de San Salvador en 1958; también obtuvo el primer lugar en los Juegos Florales de Quezaltenango, Guatemala, en 1968, con la obra Cuentos Breves para un Mundo en Crisis. Otras fueron Plagio Superior (1965), escribió el ensayo Francisco Gavidia y Rubén Darío, semilla y floración del modernismo, ganando el primer premio del Certamen Nacional de Cultura.

  En 1965 obtuvo el segundo lugar en ese certamen con la novela Tembladerales, historia de ficción ubicada en una hacienda llamada El Sauce en la jurisdicción del entonces cantón San Luis La Herradura, jurisdicción de Zacatecoluca, departamento de La Paz. El premio consistía en diploma de honor, medalla de plata y cuatro mil colones ($1,600 dólares al cambio de aquella época).

  En 1967 obtuvo el premio Emblema de Oro del Periodismo Argentino, otorgado por el círculo de Periodistas de la Provincia de Buenos Aires.

  En el prólogo de Cuentos de Sima y Cima, el escritor Miguel Angel Asturias, premio nobel de literatura (1967), sostuvo que esta obra cae "dentro de la gran corriente de la literatura americana actual, nutrida, en los diversos países del Continente, por poetas y prosistas que se esfuerzan por algo más que cultivar escuelas, que son enemigos del encasillamiento, pretendiendo con sus obras establecer una literatura que englobe, no solo lo heredado de Europa, sino lo que nos es propio, lo que nos da razón de ser".

Ibarra y otras personalidades viroleñas en Revista ZACATECOLUCA. 2011

    Al licenciado Ibarra lo conocí en la Semana Santa de 1968 en el rancho de playa de don Carlos Molina con quien eran primos. Don Carlos nos había invitado junto con Francisco Guzmán y Jesús Corvera a pasar unos días de descanso.

  Guzmán lo presentó refiriendo que Ibarra era el jefe del Departamento de Periodismo de la Facultad de Humanidades, de la Universidad de El Salvador (UES). Ante la poca población estudiantil que tenían me invitó a que reiniciara mis estudios superiores y lo hiciera en la carrera de Periodismo.

  Tiempo después recibía con él las primeras clases de esta disciplina comenzando con Introducción al Periodismo impartida por Ibarra y como sosten bibliográfico teníamos el libro de Fraser Bond que llevaba el mismo título de la cátedra.

  En esos años finalizando la década de los 60 eran también docentes de ese departamento la Dra Matilde Elena López, los doctores Rafael Hasbún y Tomás Guerra, los licenciados Rafael Morales, Alfonso Orantes y Alberto Orellana Ramírez, los entonces bachilleres Ely Ruiz, Francisco Guzmán y Arturo Gallegos Escalante.

  El licenciado Ibarra murió el viernes 5 de febrero de 1988, sus restos fueron velados en Funerales Modernos, de San Salvador y sepultado en el Cementerio General.

  Le sobrevivieron su esposa Lucy Arrabé Pinar de Ibarra y sus hijos: Cristóbal Humberto, Mary Estela y Rosario Ibarra. Un colegio de Sierra Morena, en Soyapango, lleva su nombre, honrando así su memoria.

Comentarios

Entradas populares