MARCELINO CARBALLO: EL ARTISTA VIROLEÑO MAESTRO DE PINTORES

Por René Alberto Contreras.


Marcelino Carballo, dibujo de Camilo Minero

  A fines del siglo XIX y la primera mitad del XX vivió en Zacatecoluca un personaje que dedicó su vida a la pintura, el señor Marcelino Carballo, maestro que creó una escuela por la que pasaron niños y jóvenes que se convirtieron en prestigiosos pintores con éxito en este arte que llevaron al resto del país y al extranjero.
  El escritor José Roberto Cea en su libro “De la pintura en El Salvador” señaló que Carballo “Fue quien enseñó los rudimentos del dibujo y la pintura a Carlos Alberto Imery (1879-1949). ‘Por esos tiempos no andaba muy bien la pedagogía del dibujo; el método que se empleaba para la enseñanza era el de copias de estampas por medio de la cuadrícula, y en el taller de don Marcelino el trabajo predominante era la ejecución de imágenes de santos y de vírgenes para adorno de las iglesias”, así el poeta cita a José A. Santos.
  Mencionó entre otros alumnos de Carballo a Camilo Minero, Antonio Pineda Coto, Napoleón Nóchez Avendaño, Pablo Catedral, Angel Mendoza, José Godofredo Coto, Carlos Amaya y Alfonso Catedral.

 Carballo con alumnos (Foto proporcionada por Toño Díaz)
   Pineda Coto fue el creador de la caricatura Juan Pueblo que se publicó en el periódico capitalino Tribuna Libre, representaba al salvadoreño pobre y sufrido sometido a los abusos de los poderosos. Esto llevó al viroleño a tener que asilarse en Guatemala y hacer en ese país su residencia.
  Imery continuó estudios en varios países europeos y al volver fue nombrado director de la Escuela de Artes Gráficas, que más adelante fue designada con su nombre.
  Cea publicó en su libro un autorretrato del maestro Carballo y un retrato que hizo de la señora Carlota Somoza de Orellana.
  La Dra. Astrid Bahamond Panamá en su ensayo “Procesos del Arte en El Salvador” escribió que “Marcelino Carballo (1874-1949) deja como herencia algunos retratos de personajes ilustres -el del compositor y músico Navas, oriundo de Zacatecoluca, (ciudad natal de ambos) y los de personas de la época cercana al pintor”.

Pintura de M. Carballo en Catedral de Zacatecoluca
  “La mayoría de su producción pictórica la consagra a imágenes dedicadas a temáticas religiosas, su obra más significativa con relación a la tradición estilística.se aprecia en la escultura, técnica donde combina con mayor facilidad  su admiración por el clasicismo”, sostiene la Dra. Bahamond Panamá.
  Explicó que “utilizando como soporte el madero y trabajando con formones y gubias de carpintero, Carballo se dedica de lleno a la copia de la escultura mitológica griega. En pintura puede rescatarse la retratística como innovación artística, ya que trabaja con modelo directo y no simplemente implementa la copia fiel, metodológica que utiliza dentro de la iconografía religiosa”.

Pintura de Carballo en Marte (Foto Mayarí Contreras)
  “Don Marcelino es un pintor bohemio que organiza excursiones al aire libre para dar sus clases. Él se ha formado viendo pintores e imagineros vernáculos y ha hecho casi solo, su oficio. Pinta retratos, delicadas copias de cuadros religiosos y talla imágenes”. refirió Ricardo Lindo en su “Breve historia de la pintura en El Salvador”.
  Mencionó que en la iglesia catedral de Zacatecoluca se encuentra “una admirable imagen de San Roque, tallada y pintada por él, y en la iglesia de Sensuntepeque podemos ver los cuadros de unos demonios-reptiles, ricos en imaginación, que son obra suya. De su escuela saldrá entre otros el pintor y grabador Camilo Minero”.
  En la revista Asi es mi pueblo de 1987 que editaba el periodista,  Mauricio Bolaños, ya fallecido, en la sección de Viroleños Ilustres publicó un dibujo que Camilo Minero hizo de su maestro Carballo. A la par se escribió que Carballo “fue un verdadero artista, el arte le corría por sus venas como un torrente de expresión y de candor”.

M. Carballo (Foto proporcionada por Toño Díaz)
   “Fue un artista autodidacta de fina sensibilidad y corazón. Marcelino Carballo dibujaba con lápiz. Cuando pintaba él y sus alumnos preparaban la tela con el procedimiento antiguo, es decir con yeso y agua de cola, después alisaban la superficie con piedra pómez, finalmente le pasaban una capa de pintura; los materiales para el pintor eran los polvos de color diluidos en aceite de linaza y para los últimos toques empleaban poquitos de colores en tubo”, se relató en la página 35 de esa revista.
  Algunas de sus obras son El pecado original, es un óleo sobre lienzo de 91.5 cms por 63.5 cms, pertenece a una colección privada. La virgen del Carmen y las ánimas del purgatorio, óleo sobre lienzo de 1.28 cms por 93 cms, es de la Colección nacional de Artes Visuales.
  En la catedral de Zacatecoluca se pueden apreciar además de la imagen de San Roque una pintura de la virgen de Guadalupe de la que su nieta Berta Díaz Carballo de Chávez financió su restauración poco antes de que ella falleciera. 

M. Carballo y alumnos (Foto proporcionada por Toño Díaz)
   El artista plástico Mario Castrillo escribió un artículo en el Diario digital Contrapunto el 28 de julio del 2010 que tituló El pecado original: Óleo de Marcelino Carballo, en el que consideró que Carballo es uno de los pioneros de la pintura en El Salvador dijo que “fue el cuarto pintor del que tenemos noticia en la historia de la plástica salvadoreña. El primero del que sabemos estudió en Europa, fue Francisco Wenceslao Cisneros, le sigue Dolores Cisneros y Pascasio González”.
  Castrillo aseguró que Carballo “fue alumno de Pascasio González (1848-1917) a quien ayudó a elaborar las pinturas de la catedral de San Salvador que se perdieron en el incendio (de ese templo) en 1951”.
  En 1904 Carballo participó en la Primera Exposición Nacional en el Museo Nacional que por esos años estaba en la finca Modelo, evento del que  fue comisario el Dr. David J. Guzmán y que según el Diario Oficial este evento cultural recibió cien mil visitantes.
  El caricaturista y pintor Antonio Díaz, que facilitó tres de las fotografías que ilustran esta crónica relató que Marcelino Carballo tenía por costumbre vestirse todo el tiempo con traje blanco y sombrero.
  Ese quehacer pictórico de Carballo, Minero, Miguel Angel Orellana y otros artistas constituyeron la base de este arte sobre la que continuaron nuevas generaciones de pintores viroleños, hasta la actualidad.
 

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