GENERAL ANGULO EL VIROLEÑO QUE EXPULSÓ TROPAS HONDUREÑAS

   Por René Contreras.
   Las guerras, conflictos bélicos, escaramuzas y otras confrontaciones entre Honduras y El Salvador han persistido a lo largo de la vida independiente de ambos países.
   El Siglo XIX fue escenario de esas luchas, que entre tantas destaca la ocupación que el general hondureño José Santos Guardiola Bustillo hizo de la zona oriental, asentándose en San Miguel en 1845, pretendiendo fijar fronteras desde el río Lempa.
   Guardiola Bustillo tomó esa región en represalia por la invasión que el general Trinidad Cabañas hizo a Honduras a quién derrotó en Comayagua, después de lo cual marchó hacia El Salvador.
   El general Joaquín Eufrasio Guzmán, vicepresidente en el gobierno del general Francisco Malespín, nombró al general Nicolás Angulo jefe del ejército para que asumiera la responsbilidad de enfrentar y expulsar al invasor.
   Angulo formó tres cuerpos, el primero al mando del general Carballo, el segundo al coronel Domingo Asturias y el tercero al general Indalecio Cornejo, este marchó hacia la zona norte donde tropas  hondureñas penetraron bajo la conducción del general Quijano. Los otros 2 cuerpos marcharon hacia la zona oriental.
   "Angulo reunió los cuerpos de Carballo y Asturias y de allí pasó a Lolotique, punto militar ventajoso, donde esperaba ser atacado por Guardiola", refiere Manuel Jiménez en su crónica Apuntes Biográficos del General Nicolás Angulo, en el tomo III de la obra histórica "Recuerdos Salvadoreños", del autor José Antonio Cevallos, publicada por el Ministerio de Educación en la segunda edición de 1965.
   Angulo viendo que el general hondureño no se movía de San Miguel se acercó a la ciudad tomando posiciones en la hacienda El Obrajuelo.
    El vecino país "pretendía nada menos que una rectificación de fronteras entre los dos Estados, quedando el Lempa como línea divisoria y agregando a Honduras el departamento de San Miguel, que entonces comprendía los de Usulután, La Unión y Morazán, ofreciendo en cambio dar a El Salvador cien mil pesos" mencionó Jiménez.
   Relató que ante la inmovilidad de Guardiola, el general Angulo ordenó al capitán Manuel Estévez que acompañado de un piquete de cabellería entrara a San Miguel para provocarlos y luego huir por una ruta previamente establecida.

General José Santos Guardiola

    La primera vez el general hondureño no aceptó la provocación, sin embargo, al día siguiente 15 de agosto de 1845, que se repitió el hostigamiento, decidió avanzar persiguiendo a los hombres de Estevez que los condujeron al sitio donde los esperaba Angulo con sus efectivos.
   "El choque fue tremendo. Los hondureños ufanos de sus anteriores triunfos, atacaron vigorosamente; pero se estrellaron ante el valor imperturbable de los salvadoreños y después de largas horas de reñido combate, fueron derrotados y huyeron en desorden hacia San Miguel, dejando el campo cubierto de cadáveres", escribió Jiménez en sus apuntes biográficos.
   Después de esa tarea Angulo recibió órdenes para trasladarse a Chalatenango y enfrentar a las tropas del general hondureño Quijano, que ya había derrotado tropas salvadoreñas al mando del general Cordero. El invasor al enterarse del avance de Angulo optó por replegarse a su país.
   Guardiola Bustillo con sus tropas abandonaron El Salvador, mientras que el general Angulo era aclamado por el gobierno y el Organo Legislativo lo ascendió a General de División.
   "Después de estos sucesos, el gobierno de Honduras propuso la paz y el general Angulo, nombrado para negociarla, se reunió con los comisionados hondureños, firmando un tratado, que aprobado por ambos gobiernos, restableció la paz entre ellos", mencionó Jiménez.
   El general Guardiola Bustillo fue electo presidente de Honduras en 2 oportunidades y fue asesinado el 11 de enero de 1862 en momentos que se desempeñaba como jefe de Estado.
   Angulo nació en Zacatecoluca el 10 de septiembre de 1803, hijo de Cecilio Angulo y Josefa Coto. El matrimonio también procreó a Petrona, Cecilio y Antonio, menores que Nicolás y a los mayores Quirino y Francisco, que se instaló en Guatemala para dedicarse al comercio de ropa.
   Nicolás siendo un niño se fugó del hogar y llegó a Jiquilisco donde un señor de apellido Jandres  que le dió protección. Su hermano Francisco acudió a buscarlo para llevarlo con él a Guatemala con intenciones de educarlo en aquella capital.
   Su admiración por la milicia comenzó en Guatemala al haber aprendido a tocar el tambor con las percusiones castrenses que pretendían exaltar los ánimos combativos de los soldados. Regresó a El Salvador cuando tenía 13 años de edad. Le dieron de alta al mostrar sus habilidad para tocar la caja de guerra.

Pasaje Angulo (Pintura de Antonio Díaz)

    Vinieron diversas campañas militares en las que Nicolás se destacó por sus redobles en el tambor. A los 18 años después de unas batallas cercanas a San Vicente contra los anexionistas del imperio mexicano, Angulo fue asecendido a cabo segundo. Luego pasó a cabo primero, posteriormente a sargento primero, grado que recibió en Gualcince, Honduras, de manos del coronel Rafael Castillo.
   Angulo se instaló en Sonsonate donde recibió la protección del prebítero José Antonio Peña, quién le daba lecciones y lo dirigía en sus estudios.
   En los apuntes de Jiménez se lee que "En 1824, constituido en Estado la provincia de San Salvador, se procedió a la organización del ejército bajo el nombre de Legión Salvadoreña. Angulo fue ascendido a subteniente de la segunda compañía del batallón de infantería de Sonsonate.
   Cuando ya era subteniente contrajo matrimonio con la señorita Eligia Rivas, procreando sus hijos: Román, Daniel y Nicolás.
   El grado de capitán lo obtuvo en la ciudad hondureña de Comayagua después de haber participado en combates contra tropas guatemaltecas. En 1828 fue ascendido a capitán mayor.
   Se convirtió en teniente coronel cuando el general Francisco Morazán le otorgó ese grado en el campamento de Batres, teniendo sitiada la ciudad de Guatemala y a Angulo le corrspondió la toma de la universidad. La capitulación de la ciudad se dió el 13 de abril de 1829.
    A los 28 años fue nombrado por el jefe supremo José María Cornejo, comandante general de las armas del Estado, cargo del que renunció.
   Joaquín de San Martín, al asumir el puesto de vice jefe de Estado, destituyó a Angulo de su empleo de jefe político y militar de Sonsonate, por lo que se trasladó con su familia a Ahuachapán, abriendo un negocio de mercaderías.
   San Martín ordenó su captura, pero logró escaparse ayudado del presbítero Dr. Isidro Menéndez, refugiándose en Zacapa, Guatemala, donde se dedicó al comercio, sobre todo importando productos desde Belice.
   Volvió a Sonsonate y siendo presidente el general Francisco Malespín ordenó su captura la que se efectuó en Zacatecoluca, donde había buscado refugio. Se fugó nuevamente y llegó a Jiquilisco, siendo protegido una vez más por el señor Jandres. Finalmente escapó hacia Nicaragua, donde se contactó con el general Morazán en 1842, que continuaba con su lucha por restablecer la Fedeeración Centroamericana.
   Angulo volvió a su tierra natal, Zacatecoluca, se dedicó a la agricultura, sembró caña en su hacienda El Retiro, a la que identificaban como La Maquina, porque instaló un equipo para destilar aguardiente siendo el primero en su tipo en El Salvador, siguió mencionando su biógrafo Jiménez.
   Al dejar las armas Angulo fue diputado en 3 ocasiones y electo senador en 1850. Se radicó en Santa Tecla y falleció el 30 de agosto de 1879 y sepultado en la iglesia Concepción.
   "La ubicación exacta de sus restos mortales se perdió tras el terremoto del sábado 13 de enero 2001, debido a la demolición de ese templo católico, tecleño, en cuyo predio hoy se alza una moderna construcción que no guarda relación con el antiguo trazado", se explica en la página 70 del tomo I de la "Historia del Organo Legislativo de la República de El Salvador".
   En Zacatecoluca el general Angulo es recordado por medio del pasaje que lleva su nombre y que une el centro de la ciudad con el barrio Analco.